Dicen por ahí,
que si el sueño no llega
es porque alguien,
en algún rincón del mundo,
te está pensando.
Y me pregunto,
¿serás vos esa sombra que ronda mis desvelos?
¿Seré yo quien interrumpe tu calma sin saberlo?
De ser así, pido perdón,
pero no me arrepiento.
La noche se estira,
como un suspiro interminable.
Las horas pasan
y el insomnio se sienta a mi lado,
como un viejo amigo que ya me conoce,
a platicar después de las doce.
Tal vez no sea cierto.
Tal vez sea solo el café,
o la vida misma…
Pero qué bonito es creer
que alguien,
en su mundo secreto,
no puede dejar de pensarme.
En cambio, yo lucho por no pensarte,
para que puedas plácidamente dormir.