YESMÍN
Bajo los monjes verdes del sendero de noche
como espectro atraído por la luz de un espíritu
que fulge en la memoria, iba medrando el tiempo,
reconociendo escenas de un encuentro fortuito.
La cita imaginaria de ella y sus conjuros
de nínfula silente y atávicos caminos
surgió en la esquina lúgubre de fiel evocación
con su vestido gris y un escote atrevido.
Al pronunciar su nombre una \"flor de jasmín\"
desplegaba su aroma en todo el condominio,
la deuda de sus besos y sus brazos morenos
me atrapaban con ímpetu de esplendor de cariños.
Viví versos nostálgicos y acaricié su cuello
sus olvidos románticos eran pasión de olvidos
y a la altitud de su alma también en un impúber
anhelo ella tenía mi torso circuido.
Como reías sí. Cómo abrías tus labios
para decir tus sueños y huir de mis instintos
y con el suave tacto de tus dedos felices
una caricia más para no despedirnos .
Marcos H