Me inspira verte, me anime oírte,
Solo tu sonrisa alegra el otoño,
Solo tus ojos saben mis temores.
Aún no comprendo,
Sólo un día sin lluvia y ya me siento solo,
Será que te extraño,
Quizás sí, misericordiosa niña.
Ya tengo ganas de verte,
Ya tengo ganas de llamarte,
Melódica tu voz alumbra la penumbra,
Sinfónica que traes con tus dulces labios.
Te vi,
Sola,
Aire melancólico,
Noche sin sueño.
-¿Qué tienes?- solo, me pregunto,
-¿Y tu inocencia?-, no respondes,
Sé que oyes mis sollozos,
Has cambiado tanto, cuando mis pupilas se dilatan…
Por amor…
‘Los abrazos curan almas,
Tocadas por el olvido, marcadas por el odio,
Dolor y muerte efímera…
Celebremos ya, desde hoy, tu nuevo nacimiento.’
Sacamos las espigas,
Liberamos al sol,
Solo tú y yo,
En plena libertad.
¿Qué no entiendes el sueño?,
¿Qué no sientes la pasión?,
Ahora muero yo,
Todo esto terminó.
Diligencia errónea, encerraste al corazón,
El soldadito, sin plomo se quedó,
Ahora deseas el tallo, sin color,
Cuando la hermosa flor ya marchitó.
Todo pasado fue mejor,
Manifestó la memoria en el malecón,
Tu mastate la esperanza,
Y cosechaste el rencor.
Queda una amistad, cariñosa,
Superficial,
El atardecer aparece,
Y nos quedamos quietos a su pasar.
Ahora pides un beso mío,
Ahora pides un amor ya seco,
En el río tu agua fluyó,
El que no corresponde, se lo perdió.
Me aturdes,
Paroxismo nocturno,
Quiero tranquilidad,
Te lo suplico.
En algún momento llegará la primavera,
Donde el sol reposará en nosotros,
Aunque de bruces nuestros cuerpos siempre esperan,
La felicidad llegará para ambos, tenlo por seguro.