De forma imprevista observé una nube.
¿La apariencia? Un retrato de dama barroca.
Perpendicular a mi posición
estática e invariable.
La miraba fijamente,
se adueñó de mi atención
sin importame que sucedía alrededor
ni el tiempo que transcurría
vacío de pensamientos y emociones intrusas.
Mientras se desdibujaba,
sus piernas se abrían lentamente,
los senos aumentaban de volumen.
Se hizo lluvia...permanecí inmovil
y enteramente mojado.