Tremenda la pedrada
en toda la cabeza,
gritar él quería,
dolor y poesía
en su amable recital,
estruendosos suspiros
con semejante tolondrón,
piedra puñetera,
piedra del diablo,
aquello le dolía.
¡Mano despiadada
y brazo de un canalla,
que se acaben tus días,
qué dolor de cabeza!