Escuché a la pared que me hablaba y me decía:
Aunque estés envejeciendo, y tu aliento sé está enfriando, sigues pensando en ella con frecuencia, tú corazón indefenso late muy rápido por segundos, no te rindas, no te apures, las balas aquí en la Iglesia
no entran.
Tus labios sé mueven cuando hablas desde dentro instalado en tú silencio que te golpea, mirando las llamas de las velas.
Porque aquello casi fue amor pero sabes que amor no fue, no te preocupes, amar siempre vale la pena, aunque en este caso fue casi amor, aunque amor nunca fuera.
Cuando escuché a la pared hablar así, volví a pensar en ti, por un momento pensé que estabas de rodillas juntos a mí hablándome bajito como si estuvieras rezando detrás de mi, me giré hacia atrás, pero no estabas,
Quizás fue un Espíritu quien me susurró al oído que lo nuestro fue casi amor, pero si lo fue en aquel mismo instante se fue.
Sentí que mi corazón sangró en vano, si todo lo que me pasó fue un juego al que nunca jugué, perdí mis Alas y ahora en mi espalda solo llevo un gran peso que me aplasta y me ahoga, solo yo sé lo que pasa.
Soy un idiota, porque fui yo quien a ti sé aferró, y sigo pensando que nunca fue amor, quizás fue un juego y quién perdió, siempre fui yo.
Miré con lágrimas en los ojos y el corazón sangrando que en mi espalda llevaba una piedra que pesaba como una losa, y todo eso, solo sirvió para descubrir que fue casi amor lo que nunca fuera.
La pared siguió hablando, pero yo no la seguí escuchando, mi corazón estaba rezando, y pensé que el amor que nunca fue, y que yo amé, solamente fue una Utopia.
El amor tiene la misma similitud que una Rosa pues nace de la belleza, nos vuelve locos su esencia pero es efímera su existencia.
Ya que no hay Rosas que no tengan espinas ni Colmena con Miel que no hayan hecho las Abejas.
Solo puedo decir que la pared hablaba y hablaba y yo dejé de escucharla.
Pero siempre pensé que lo nuestro fue un amor aunque en realidad. No fuera.
Mael Lorens
Marzo 2025