Usted es un trozo de pan,
un sol que nunca se apaga,
una estrella en la ventana,
una flor en mi trigal.
Tiene un corazón gigante,
no le cabe en el pecho,
cuando ríe, todo brilla,
cuando habla, es un verso.
Si me falta su alegría,
el día no tiene luz,
pero estando aquí a mi lado,
todo es fiesta y juventud.
¡Ay, qué bonito es quererle!
Con usted todo es bailar,
es la chispa de la vida,
es mi paz y mi cantar.
Usted, mujer divina,
es mi ser, mi respirar,
y cuando yo traigo la harina
ya usted tiene listo el pan!