Todo en la vida es efímero
pero yo creí que mi amor por ti
no sería así, resultó que sí.
Inesperado, pues intenso lo viví.
Pensé que esto siempre sentiría,
pero mis ojos ya no se llenan,
ya no sucumben a tu encanto,
ya no se desvelan,
ya no se entregan.
Y es que yo aseguraba darte todo
y aun así, poco pude hacer.
Se trató de sólo un periodo,
un periodo que pronto acabó.
Tan solo queda agradecer.
Porque a mí alma inspiraste,
aunque desvelos me causaste,
a mi mente, versos le regalaste.
¿Para qué?, si pronto te marchaste.
Me pregunto si tu pensaste
en todo esto que provocaste.
—Versos de Nana