HABÍA EMPEZADO A SOPLAR SUTILMENTE
Todo comenzó un día de esos que parecen irrepetibles
y en los que el cielo muy nublado, muy cubierto por nubes,
deja en el fondo un regusto extraño o extraordinario.
Bajo un cielo de enero densamente cargado de grises
nos veíamos como azotados por un vientecillo
particularmente frío y que, en el último día
del primer mes del año,
comenzaba a soplar con cierto brío.
Gaspar Jover Polo