Alejandro José Diaz Valero

Dos fábulas de sapos

EL renacuajo adulto (Fábula)

 

En una gran charca nadaba un renacuajo, movía alegremente su colita y avanzaba velozmente entre hojas y algas que hacían difícil su avanzada. El renacuajo jugaba y se divertía con todos los pequeños animales de la charca.

- Que quieres ser cuando crezcas?, le pregunto a la lombriz

- Seré una lombriz adulta y tendré mi propia familia

- Y  tú que quieres ser, le preguntó a un pececito

- Seré un gran pez, fuerte y nadador como mi papá

- Yo seré un renacuajo adulto…Tendré una inmensa cola y me desplazaré por toda la charca con mucha velocidad, seré muy querido y admirado.

 

El tiempo pasó y el renacuajo en sapo se convirtió, producto de la metamorfosis  que sufrió, y con ello que tristeza,  se esfumaron  sus sueños de grandeza.

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Solo un sapo (Fábula)

 

He visto princesas y reinas

darme sus tiernos besos

en la búsqueda principesca

de sus príncipes esbeltos.

 

Me han besado ya tanto

 esperando me transforme,

y yo sigo causando espanto

con este aspecto deforme.

 

Soy un sapo sin transformación

y eso tengo que admitirlo

ningún cuento me hizo inclusión

pues nadie quiso escribirlo.

 

Yo también abrigue la esperanza

de algún día  vivir en la realeza

pero al ver hinchada mi panza

me consume la tristeza

 

Soy un humilde batracio

con todos esos defectos

soy sapo, solo un sapo

a pesar de tantos besos.

 

Soy un sapo sin sapiencia

que vengo de ser renacuajo

y guardo reminiscencias

de esos cuentos literarios.

 

por eso el dolor engrapo

a la imagen que proyecto,

soy un sapo, solo un sapo

ya sin sueños principescos.

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