Komodo

La Pluma.

Yo vi una vez una pluma,

que vaga sin cesar,

vaga entre las espumas

y se internaba en las brumas

de aquella charca sin par.


Eolo andaba jugando

formando una fantasia

más el bajel blanco y sedoso,

se mantenia majestuoso

con aires de gallardia.


Yo os lo puedo asegurar

que ni Cleopatra la reina,

con su lujo sin igual

nunco tubo barca bella,

que se pueda comparar.


Con precisión increible

sorteaba los mil peligros

hojas, nardos y blancos lirios,

y las flores de colores encendidas

la miraban al pasar.


Dando vuelta a un promontorio,

con singular alegria

siguio su peregrinar,

y hay mi vista exasiada

bendijo a Dios en silencio

y la tarde hiba a expirar...

 

Derechos reservados por Daniel Jimenez (abuelo)