Dulce condena

Nada es igual sin ti.

La soledad en mi alma lleva tu nombre grabado.

Creí ser fuerte y poder defenderme aun si tu no estarías aquí,

solía pensar que los días serian fáciles.

Que los lugares mágicos seguirían siendo fantásticos,

que el cielo seria una gran gama de alegrías.

Y que el atardecer me llegaría al corazón aunque no estuvieras aquí.

Me dije a mi misma: todo será como antes ya lo veras.

Ni siquiera el tiempo sentiré, lo dije con una sonrisa en la boca.

Sin pensarlo supe un día que no estarías más aquí.

Y volví a pensar: todo será igual, con una lágrima al despertar.

Pero la noche me hizo reaccionar y el tiempo azotó mi alma.

Cada segundo que escucho de ti mi respiración toma vida, más muero al recordarte.

Los días crean hueco en mi corazón y jamás podría haber pensado que fueran a matarme lentamente en vida.

Recorrí cada lugar donde solíamos estar.

Y recordé lo magnifico que eran, pero me quede sin aliento al presenciar,

que no tenían vida sin ti.

Al mirar el cielo no encuentro los colores no veo.

Y el atardecer borroso se mostraba ante las lágrimas de dolor,

todo esto no tenia sentido,

como fui a creer que si tu no estarías todo seguiría igual.

Te llevaste la felicidad, mi corazón, la magia y el color.

Y al alba mi sonrisa desaparece al decir: Nada es igual sin ti.