AL CAER LA TARDE
Ahora, todavía la luz del sol
brilla con cierta benevolencia,
pero, inmediatamente después
de que nos vayamos,
el paraje invernal quedará desierto,
todavía más concentrado en sí mismo,
y a la espera de que la oscuridad se despliegue
absoluta y reiterativa,
de que se extienda la helada con su capa de escarcha,
un tránsito
que podría resultar definitivo.
Gaspar Jover Polo