gaspar jover polo

DUELO EN LA CIUDAD DEL NORTE

DUELO EN LA CIUDAD DEL NORTE

 

Lo cierto es que en aquella ciudad del norte

llovía con mucha frecuencia, que golpeaba el agua de lluvia

al otro lado de los cristales de las ventanas y los balcones

en un ambiente propicio para el desarrollo de un duelo

entre dos amigos y, a la vez, enemigos, rivales,

si no fuera por culpa de un viento muy fuerte

que se levantó de pronto y que atrasaba la maniobra

de aproximación entre contrincantes,

y, tal vez, también, el caer de la nieve

durante algunos tramos del enfrentamiento,

de la extrema contradicción de intereses.

Se trataba de una nieve pertinaz, copiosa

que volvía oscuro y difuminado el paraje

donde a primera hora se celebraba el duelo,

y por donde los combatientes se giraban de pronto

y ya estaban dispuestos para herirse frente a frente.

Después de haber contemplado desde sus ventanas

y un tanto ensimismados,

el tiempo meteorológico,

los difuminados luchadores avanzaban

corajudos y ceñudos

sobre el paisaje brumoso, casi helado,

y sobre un piso de césped más que alto

por donde parecía como si la hierba

hubiera crecido aquella noche a borbotones.

 

 

Gaspar Jover Polo