No hay fuerza más loca e impulsiva
Ni universo que se esconda bajo el cielo
Que este corazón que siempre impulsa
Con singular tonada los latidos que alientan a este cuerpo
Y es que aquí ante una vida que parece inmóvil
No se queda sedentario el sentimiento
Ni me permito vivir en el recuerdo
Pues aun siento, respiro y no vivo de lamentos
No en vano he roto los esquemas
Ni he permitido orfandad al esplendor
Y cual acto divino y soberano de locuras
Invoco a mi alma exaltada en sentimientos, porque aún hay sueños por cumplir
Aun en soledad, no vivo en prisiones ni en dolores
Ni soy mudo ante miedos o muros por caer
Pues no estoy hecho del callar eterno
Y ante la tormenta que se presagia inoportuna
Solo espero ese sol que me ha de proteger
He sentido el fuerte crujir de las puertas que se cierran
Y ¡quién creyera! No advierto rechazos ni desdenes
Porque siento que la vida se prolonga ante el abrazo eterno
Que pulula por doquier
Todo cuanto soy o todo lo que he sido
Es un constante rodar en emociones
Y bajo mi capa de sorpresas, siempre llevo
El deseo vivo de empezar en ilusiones
No hay fuerza más loca e impulsiva
Ni palabras que terminen en reproches
Porque como aquel poeta escribió un día
Yo solo he de confesar…
¡Que he vivido mi vida sin temores!
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Rafael Blanco López
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