Alejandro José Diaz Valero

Espejismo vivencial

 

Mirando mi figura en el espejo

sentí un frio de repente

pienso que la muerte no está lejos

y eso al solo verme se presiente.

 

La imagen que vi reflejada

no es ni la sombra de lo que fui

ahora luzco nariz achatada

después de tener griego perfil.

 

Lucía hermosos lentes

esos que usan en tardes playeras

pero sentí tristeza de repente

al ver que eran mis ojeras.

 

De aquel brillo reluciente

que lucía mi dentadura

ya no queda ni el mínimo diente

por eso me veo de cara dura.

 

Mi frente con más olas que la playa

mi cuello parece un acordeón

por eso este desgaste tan canalla

llena mi vida de preocupación.

 

Aquella cabellera lustrosa y trigueña

se ha degradado tanto, tanto

que ahora lo que queda son dos greñas

y para colmo de males de color blanco.

 

Mi mirada luce ensombrecida

y ya no ve ni las siluetas,

ahora tengo las cuencas hundidas

y el área facial llena de grietas.

 

Quise de repente quedarme quieto

y retirarme del espejo lentamente,

pero pude en el fondo ver un esqueleto

con su presagio triste y elocuente.

 

Como yo me siento de primaveras

yo no sé porque me quejo

mañana temprano iré a la vidriera

y sin más ni más me compro otro espejo.

***