Virginia de Albán

LA CARTA QUE LLEGÓ DE NOCHE...

La carta ha llegado:

trueno que resplandece

sobre mi cuerpo

hendido por tu ausencia.

 

Antigua y nocturna

espera por tu luz entre mis manos,

herida que la noche misma

culminó con tus versos.

 

Sigilosa tinta

desvaneciéndose

sobre mi desnudez.

Vertiginosa como el ansia

de la inagotable noche

de mi soledad.

 

Toda la madrugada,

como esquirlas de luna

deshechas en mis ojos,

sigue hablando de ti.

 

Escritura ambarina,

trasluz de luz de tus palabras.

 

Atrapada entre mi silencio,

  deshecha entre mis manos,

con tanto azul, con tanto azul

que le robó a tu nombre.