sondemar

No es así, creedme

Enarboló la aviesa Muerte

su afilada guadaña.

No le tembló el pulso

ni se quebró su gélida ánima.

Dormitando ella indefensa

bajo guardia relajada,

No vaciló ni un instante

y en sueños sustrajo su alma.

Tanatos desechó su envoltura

y su esencia creyó raptarla.

No es así, creedme.

La Muerte no alcanza gloria

Si en la Tierra Ella se enfrenta

a inmortal humana memoria

que impida que el triste olvido

evapore, diluya o borre

el recuerdo del ser querido.