En cada poeta asoma una lágrima.
Sobre el papel, los sueños se deslizan
al alba de la campanada prima
con las ánimas que en silencio rezan.
El verso nace de la herida fuerte,
un eco íntimo que el silencio halaga;
la rima danza entre luces y suerte,
desnudando el dolor que triste amaga.
De las trovas se enriquece la vida,
un lírico mensaje de alabanza,
un canto eterno a la voz encendida,
aunque la angustia a veces nos alcanza.
Luz de luna, en tus noches de tristeza,
cual musa griega, en tu prosa serena
nacen voces que el bardo hábil matiza
entre sollozos de profunda pena.
En estos trazos, hallo la esperanza,
donde resuena el eco de la risa.
Que entre las heridas que el amor lanza,
el dolor con arte bien se confiesa.
¡Sabed todos, que si el poeta muere
su poesía siempre permanece!.