Alejandro José Diaz Valero

Dos más...

El árbol de hojas azules (cuento)

Sí, ya sé, no hay árboles de hojas azules…Pero éste a que hace alusión mi cuento, sí. Todo pasó en un bosque donde un frondoso árbol sufrió en el lado derecho de sus ramajes los estragos de un incendio forestal; no se quemó totalmente porque los bomberos llegaron a tiempo a sofocar  las llamas y pudieron contener el fuego,  que apenas había comenzado a quemar el árbol de nuestro cuento.

 

Después de eso, el árbol lucía extraño, un lado verde, y otro chamuscado por las llamas; lucía entre verde y marchito, todo un contraste verdinegro.

 

Sucedió que una tarde una bandada de azulejos se posó en el seco ramaje para descansar un rato al final de la tarde cuando el sol apenas se veía en el horizonte, y aquellas ramas secas fueron cobrando vida, pues a lo lejos las alas desplegadas de los azulejos parecían retoños de hojas azules que brotaban de sus ramas y cada nuevo aleteo de las aves, parecía en la distancia que sus hojas azules se agitaran de vez en cuando mecidas por el viento.

Así nació la historia del árbol de hojas azules, que dio origen a este cuento que hoy les quise contar. Parece increíble que después de la negra humareda de un incendio voraz, deje tras sí, un hermoso árbol de hojas azules.

 ***

 Ebriedad Juzgada

Un ebrio venía por la calle

sintiéndose,  como nunca se había sentido  

lo miraban de modo detestable

aquel que en sobriedad no lo ha conocido

 

Critican los actos que acomete

bajo la nociva influencia del alcohol,

ignorando de plano su don de gente

y sus dotes de buen trabajador

 

Hoy  le hacen juicio de valor

por el efecto etílico que tiene,

y de modo por demás avasallador

él deja que lo juzguen y condenen

 

En su sano juicio aquel señor   

es un excelente ciudadano,

pero al caer victima del alcohol

todos sus logros se vuelven vanos

 

Su alma se ahoga de extraña manera

y lo deja sumido en su ebriedad

porque la lengua mordaz y callejera

no perdona su cambio de personalidad

 

Porque mañana cuando vuelva a ser él

no olvidaran el desaguisado,

y aunque el siga siendo hombre de bien

ya la sociedad lo tendrá fichado.