Salva Carrion

Ron, ron, ron

 

Ron, ron, ron,

la botella de ron,

el tesoro en el arcón,

y la muerte en el pendón.

 

En los mares de olas quebradas,

la galerna ruge feroz,

soy gran capitán de alboradas,

de dureza siempre atroz.

 

En este mi mundo de errante,

soy un pirata bravo y temido,

astuto y siempre vigilante,

de mi crueldad teme el vencido.

 

Con arrojo, mi voz resuena,

en los puertos, mi fama crece;

la vida de pasión me llena,

robo el amor que más me place.

 

Ron, ron, ron,

la botella de ron,

el tesoro en el arcón,

y la muerte en el pendón

 

Navegar sin ningún temor,

es mi contienda con tesón;

la enseña ondea mi terror,

con el valor de mi canción.

 

Mis velas henchidas al sol,

alertan de ricos pillajes;

la vil tripulación, un rol

de codicia en los abordajes.

 

Con el viento en la arboladura

fijo el rumbo de mi destino;

impongo mi ley con bravura,

y degüello a todo cretino.

 

Ron, ron, ron,

la botella de ron,

el tesoro en el arcón,

y la muerte en el pendón.

 

Con mi botella de buen ron,

saludo a mi fiel compañero,

que en el estruendo del cañón,

es el borracho más sincero.

 

Canto mi vida de burlón

en el surcar del horizonte

como un marino bravucón,

taimado tahúr y arrogante.

 

Las olas loan mi valor,

maldigo y mi voz sola asusta.

Mi leyenda, es todo pavor,

llena de locura inaudita.

 

Ron, ron, ron,

la botella de ron,

el tesoro en el arcón,

y la muerte en el pendón.

 

Los astros mi rumbo me guían,

el ancho océano es mi hogar,

si las naos me desafían,

me apresto veloz a luchar.

 

“Prended la mecha del cañón,

al cobarde colgad del palo

sea la muerte su oración,

que al audaz el oro regalo”.

 

Con los bramidos de mi pecho,

arrebato el botín con sangre,

con mi sable en la mano, lucho

en la batalla como un tigre.

 

Ron, ron, ron,

la botella de ron,

el tesoro en el arcón,

y la muerte en el pendón.

 

Bajo la luna, el barco avanza,

contra los vientos que enfurecen.

La lluvia amaina la fiereza,

las revueltas aguas decrecen.

 

Si algún día el infierno cambia,

mi suerte puede ya acabar;

lucharé con toda mi rabia,

si la muerte veo llegar.

 

Sin temor yo sabré morir,

con un puñal en mi latir.

Que mi tumba sea la mar,

fantasma de eterno bogar.

 

Ron, ron, ron,

la botella de ron,

el tesoro en el arcón,

y la muerte en el pendón.