Salva Carrion

Unas lágrimas brotan del anciano

 

Unas lágrimas brotan del anciano,

sentado a la fresca con sus recuerdos,

en el banco de un silencio lejano,

de duras labores y otros enredos.

 

Viejo labrador de largas jornadas,

las risas del ayer que el día apaga

son tus piernas que tiemblan hoy cansadas,

en tu pecho un duelo que lento ahoga.

 

Manos callosas de sabiduría

guardan otrora siembras del antaño,

en las campiñas de verde lujuria

del tiempo que ahora suena extraño.

 

El sol de los estíos, hoy son sombras,

de las memorias que acuden al hilo

de los amigos ausentes que nombras,

nostalgia de tardes de ocio tranquilo.

 

Campesino de campos y caminos,

de orgullo noble y clara honestidad,

de tus manos nacieron los destinos,

sembrando cosechas de eternidad.

 

Yace en paz en la tierra que tú amaste;

las horas solanas de tus aradas

renacen en las flores que sembraste.

Duerme eterno en tus raíces amadas.