Si abro mis ojos, te sueño en la bruma:
cual ninfa Dríada, de iris y sombras,
al primer aleo de las alondras
me anuncias risueña que el alba asoma.
Tus pupilas, uvas de verde vega,
desvelan goces que trae la brisa;
mi corazón palpita una sonrisa
cómplice por tu amor que pronto llega.
En tus brazos cede mi ansia calmada,
como un poema al viento que acaricia
amable tu mejilla floreada.
Eres la musa en la noche perlada,
con cada destello mi ser concilia
un tiempo en verso de rosa alborada.