Armando G.

Ayer lo amabas, hoy lo matas

Ayer la escuche decir

eres mi rey

eres mi dueño

por sus besos respirabas,

vivía para complacerlo,

en tus excesos

lo atabas a la cama,
mientras morías
por sus besos.


Hoy de él hace leña
lo tira al fuego,
hay odio en sus palabras
la ira corroe
su amante corazón,
antes se lo he dicho
tiene tanto amor para dar,
este le hace sentir celos,
ve fantasmas donde no hay,
no se apresure,

confié,

haga una tregua

en su absurda guerra.


Hoy cuando llegue a casa,
prepare su receta de camarones,
enfrié de los vinos el mejor,

vista ropa excitante

la de rojo raso,

a la luz de las velas

siéntense a la mesa
mientras cena
hable con el
de sus temores,

sus miedos,

sus celos.

Dígale cuanto lo ama,
 si es usted correspondida,
seguro la noche terminara
entre besos y risas,
después de la entrega
cuando descorche otra botella,
camine desnuda por el jardín
donde el brillo de las estrella

ilumina las margaritas,

Encienda su habano
deléitelo,

la fría brisa
eriza su piel
y el calor de los besos
dados a su cuerpo.

Mire al cielo,

busque su estrella,
comprobara cuanto brilla
porque usted
en la tierra es feliz
la aman y la veneran,
las reconciliaciones son exquisitas,
lo olvido.