gaspar jover polo

SOLOS POR EL BOSQUE

SOLOS POR EL BOSQUE

 

La otra tarde caí en la cuenta

de que los animales más silvestres,

el lobo, la zorra, el ciervo

los que vagan por el campo,

no tienen a nadie que los proteja,

ni siquiera, tal vez, tengan a su lado a un dios.

Y a pesar de su fuerza y de su zancada,

parecen frágiles criaturas a punto de sufrir

un accidente grave o acaso la extinción total.

Son libres, sí, para corretear

o para desplazarse a su modo, pero su medio

ambiente se ha vuelto en muchos casos precario,

la madre naturaleza, ella misma,

resulta ahora tan cambiante y extraordinaria.

Al menos, hace unos años, aunque iban solos

por el bosque, se creía que la tierra

resultaba un lugar estable, que iba a durar

mucho tiempo más o menos igual.

Un ciervo solo, al vernos aparecer,

se adentra en la espesura a toda marcha,

saltando y corriendo con sus músculos ágiles,

y, ante nuestra vista, desaparece al momento

por un itinerario que, seguramente

de antemano ya tenía listo

para poder escapar de una persecución.

 

 

Gaspar Jover Polo