Salva Carrion

Oh viejo roble, guardián de los años

 

 

¡Oh!, viejo roble, guardián de los años,

con tus fuertes ramas, el cielo abrazas,

de tus raíces crecen duros leños

y en tu sombra cantan las alabanzas.

 

Testigo de llantos, risas y amores,

en tu corteza grabé mis anhelos,

reflejo de un amor en mil colores,

antaño suspiros de mis desvelos.

 

Faro en la tormenta, refugio en calma,

con tu sabiduría, al mundo enseñas;

cada anillo en tu tronco, un verso al alma,

un canto a la vida que eterno adueñas.

 

Que nunca apagues tu luz en la bruma,

oh viejo roble, musa de mi pluma.