racsonando

¡Tu risa queda impostada y con sombras marcas el día!

           ¡Tu risa queda impostada

(Poema coral para voz múltiple)

¡Tu risa queda impostada
y con sombras marcas el día!

Allá, más allá.

Andariego,
dame el paso.

No cruzaré en contravía
al filo de la serpiente
que cascabelea insistente
las luces de su simiente.

Veneno y fieros puñales
siembra el sendero y porfía:
hiedra de sombra, lengua de acero,
eco de antiguas sangrías.

—Están las camas vacías,
vacuidad y alcancías
ocultas entre los cerros—
¡Gime el pan cada día!

Y tu linaje no es fiero,
es llanto del becerro
por una madre perdida.

Allá, más allá.

¿Cobarde, cabeza enfrente?
—Tú no eres doliente,
pues mascullas entre dientes,
ni rimas con tus azogues
las risas de nuestros días.

Eres viento que se finge piedra,
espejo de tinta fría,
sombra que no da pisada
ni nombre en la luz del día.

Teje tu salmo en la arena,
que lo borre la marea.
Reza al cuervo, no a la estrella,
si tu fe no tiene guerra.

¿Has mirado al ciego oráculo
que se lame las heridas?
Calla, que el trueno no canta:
es la cólera dormida.

Hay ruinas que dan testimonio
sin escombro ni ceniza,
y templos en el abismo
donde la voz se eterniza.

Allá, más allá.

¡Tu risa queda impostada
y con sombras marcas el día!

 

                Racsonando Ando (Oscar A. Noreña)