Voy tras los caminantes,
los que al cielo susurran secretos
escondidos en la bruma del tiempo;
los que trazan con sus pasos
senderos invisibles
sobre las alas del viento.
Sombras que murmuran
a los dioses historias
que el silencio guarda,
ecos de soles muertos
bajo el manto quieto del olvido.
Sus ojos ven más allá del horizonte,
saben que la tierra habla
en el crujir de las hojas,
en la danza de las aguas,
y cada paso suyo
es canto de vida, destino,
promesa que sostiene el tiempo.
Yo busco el secreto que llevan,
no en libros ni mapas,
sino en susurros de alma errante,
en la luz que se escapa del mundo,
en las verdades que flotan
como hojas al viento.