Vicente Martín Martín

Si ser poeta fuera

Si ser poeta fuera

tomar té con galletas junto a damas de buen ver todavía,

carecer de conducta sexual y recitarle

poemas a los ojos de una chica,

 

si ser poeta fuera

mendigar ante críticos, hablar de amor y guerra sin haber

estado nunca preso

o probar la paciencia de un público fanático

pues no,

jamás sería poeta.

 

Pero si ser poeta significa vivir a cielo raso

rodeado de putas y cabrones,

huir de conferencias

rechazar entrevistas,

sofocar los incendios con un beso académico

y enhebrar las agujas siempre a oscuras,

 

si ser poeta obliga

a bañarse en el río en que desaguan todos los colectores,

a hacer pis y expeler como lo hace la gente más sencilla,

a armarse de paciencia con un viejo y vocearle al psicólogo aburrido,

decirse y desdecirse,

escuchar de rodillas los mensajes anónimos

y no hacerse invisible cuando llega la lluvia

en ese caso sí

seré poeta.

 

Y si hacer un poema fuera entrar por el ojo de una aguja,

yo, que crecí con  jorobas de camello,

soy poeta.