Armando G.

Tu ira

Mejor lo dejamos, te has puesto agresiva,
gracias por el adjetivo, no es ofensivo,
lo de viejo tampoco,
solo hacíamos un ejercicio literario,
una práctica de bateo,
ya no escuchas,
la ira ciega tus ojos,
nubla tu cerebro,
no respondes a las palabras,
solo eres capaz de atacar,
como una fiera,
que defiende su espacio,
su territorio,
sus cachorros.
 
Qué pena, me quedare,
con la duda de lo desconocida,
nunca sabré como tu cuerpo vibra,
nunca sabré como tu piel responde,
no conoceré tus olores,
nunca sentiré tus sensaciones.
 
Seré otro más de los millones,
que han vivido en el mundo,
sin conocer tus pasiones.
 
Sí, me refugio ante lo que temo,
escapo a lo que consideró,
que es malo
o que no puede ser beneficioso
o más bien,
que pueda ser peligroso,
perjudicial,
o más bien malo,
para mi estabilidad emocional.
 
Lo siento abandono,
no soy tiro al blanco,
para dardos envenenados,
para odios de corazón herido.
 
Lo siento mi piel esta echa,
para los arañazos de amor,
no para las heridas en combate,
siento mucho no estar a tu expectativa,
ser mediocre,
incapaz de verte por dentro.
 
La ira te corroe,
la ira es el sentimiento de los perdedores,
siento que tu corazón herido,
no deja que tu cerebro razones,
tus labios vierten hiel,
que guardas por tantos fracasos,
de amores perdidos.
 
No dejes que la impotencia mental,
sea mayor que tu inteligencia,
demuéstrate a ti misma cuanto vales,
crece, no mires atrás.
 
Haz de hoy en adelante,
un nuevo camino,
una nueva meta,
pero,
ponte metas posibles de alcanzar,
no quieras ir a la luna en un cometa.
 
Hasta luego,
siento odio en tus palabras,
el odio puede ser traicionero,
me amas lo siento,
mi corazón te es ajeno.