Delalma

A TU MANERA

Dejaba correr el tiempo

con la absurda esperanza de olvidar

tu pasión enfebrecida… tu amor…

quise olvidar el fuego de tus labios,

y de tu cuerpo, la lisura de tu piel.

 

Esa manera tuya, tu pensamiento sobre el sexo… 

en cualquier parte y como venga;

no te importaba fuera en el coche

lo apagabas  y…

¡varias multas cancelamos!

 

Para vos… ¡el mundo era una alcoba!

hubimos de cambiar  mueble varias veces,

ah! y la cocina… ¡un desquicio!…

la vajilla, renovada a la semana;

y por poco, de la lavadora resbalamos.

 

El tango y la milonga que tu vida eran 

los aprendí con vos, como si míos fueran.

Un café en el boliche arrabalero,

llenándote del bandoneón y su tristeza…

y  ya, los ojos te brillaban.

 

¡Una copa!… y la danza fluía de tu cuerpo,

imparables tus caderas me embriagaban,

con tus senos pegados a mi pecho… ¡me matabas!

y lerdo con mis pasos me enredaba

en los ágiles malabares de tus rosadas piernas.

 

Me recitabas poemas muy sensuales,

incitándome en horarios matinales

¡y  esas letras… esos  tango que entonabas!

despertaba en mí lo que callaba, y menos mal…

que la lencería… no te gustaba.

 

Eras mi gata consentida, muy amada

te abrigabas en mi pecho algo cansada…

y beso a beso entre mis brazos

dormida te quedabas

y una sonrisa de felicidad… tu rostro iluminaba.

 

Pero pasó, y no sé ni cómo… ni por qué

nos alejamos sin quererlo, sin saberlo...

tal vez por la rutina o quizás por el trabajo

pero fue una triste despedida…

de un gran amor que viví, a tu manera.

 

Delalma

Domingo, 24 de octubre de 2010