María García Manero 🌷

Entre dos aguas

Tú eres el río manso
cuyas aguas tranquilas
fluyen poquito a poco
llenando así mi vida
de paz y de quietud.
Tu amor es mar en calma
en cuya superficie
descansan mis deseos
y mi cuerpo reposa
con total plenitud.
Él es el río bravo
con aguas turbulentas
que como remolinos
me arrastran a un abismo
carente de virtud.
Su cuerpo…, mar revuelto
con fuerza desmedida
que me mece a su antojo
entre brazos y olas
de enorme magnitud.
Tú eres mar en bonanza,
eres suave susurro,
cielo azul y gaviota,
eres amanecer,
eres alba, eres luz.
Él es un mar furioso,
deseo que me grita,
vorágine, tifón,
piélago tempestuoso,
pasión de juventud.
Tú me inundas de amor,
él me ahoga en deseos.
¡Tengo sed de los dos!
Perderte es mi calvario
y perderlo, mi cruz.
Y siempre que me hundo
vienes y me rescatas,
me ayudas a emerger
de sus profundas aguas
y a tu lado navego.
Pero aparece él
como el gran Poseidón
y con fuerza arremete,
me arrastra y me domina
y naufrago de nuevo.
Y no quiero sentir
lo que por él yo siento,
y no quiero sentirlo
porque sé que no debo,
y no quiero sentir…, ¡no quiero!
Pero cuando me alejo
me persigue de nuevo
cual violento tsunami
que sepulta en sus aguas
mi voluntad, mi intento.
Y no quiero sentirlo
porque sé que te hiero,
y quiero detenerlo…,
¡quiero, pero no puedo!
Quiero tu amor, que es bálsamo,
y quiero su veneno;
quiero tus besos suaves
y sus besos perversos.
Y entre dos ríos voy
desde el cielo al infierno,
y entre dos aguas vivo
y entre dos aguas muero.