El Corbán

UN ADIÓS OBLIGADO

En lecho pálido, yace el hombre herido,

su pecho agobiado por un amor perdido,

en su pecho, el tormento, profundo y sentido,

le dicta alejarla, por su bien, aunque sea fingido.

 

Su pluma tiembla al escribir la amarga despedida,

su corazón roto, sangra mientras clama por su vida,

no quiere ser la carga que su amada lleve,

prefiere la fría soledad que convierte su alma en hielo, en nieve.

 

Con palabras entrecortadas, le explica el dolor,

que su amor, aunque sincero, no es su mejor favor,

no quiere ser el lastre, la razón de su tristeza plena,

que, al dejarla, sufre en su propia cadena.

 

Así, el hombre enfermo se aleja con pesar,

dejando atrás el amor que no pudo soportar,

prefiere la distancia a ser su carga impía,

y en su propio silencio, solo halla su agonía.