Jorge de Jesús Fuentes Davison

A decir verdad

¿Qué más puedo ya pedirte?

¿Qué más puedes concederme

que no me hayas concedido

con tu vida, cruz y muerte?. . .

 

Si al venir a nuestro mundo

me enseñaste tu Palabra;

me nutriste con tu Cuerpo

y en la cima del Calvario

te adueñaste de mis faltas;

si me diste, tiernamente,

a quien más que a nadie amabas:

a María, tu dulce Madre,

que me auxilia y acompaña; 

si, al estar resucitado,

de mi lado no te apartas,

y, al final, la eterna dicha

de tu Reino me deparas:

¿qué más puedo ya pedirte?. . .

 

A decir verdad . . .  ¡ya nada!