Jorge de Jesús Fuentes Davison

Mí regreso

Un destello de tus ojos…

Un gemido de tu boca…

Un suspiro de tu pecho…

Más fortuna, tras la herencia

malgastada… ¡no merezco!

 

Cuando corras a mi encuentro,

y aferrándote a mí cuello 

me aprisiones con tus besos,

te diré: “¡Hazme tan solo, 

de tu viña, un jornalero!”