Llegarás con la tarde, a descansar en mis manos,
serás parte de las viejas luces, oxidadas o de tiza,
como aquel tramoyista, que sin saberlo, vive del teatro,
subiendo y bajando los decorados,
protagonista de mil monólogos y sonetos interiores.
persiste entre las sombras , umbras y penumbras escondidas,
de los más cercanos lugares, que un corazón feliz, necesita.
.
Llegarás de oro puro, para pedir la alquimia de mi palabra,
el milagro, que el amor precisa y tu boca reclama.
Porque la noche, ya no es noche completa,
sin el canto de una nana, de latidos perennes,
si no lustro, la roca tibia de tu frente,
sin el veneno dulce y continuo, de tus labios.
.
Llegarás para matarme, como así hace el sol de los desiertos,
en aquellos lugares sin sombra ni refugio,
a robar, la vida en sangre, el níveo pálido de mis mejillas.
Ya muchas albas, lo intentaron,
más ninguna alcanzó, el maduro profundo de los estíos,
ni en el dulce rojo, ni la lenta agonía que contigo siento.
Muchas fueron las olas, que el mar me trajo,
muchas, las caricias, sepultadas de espuma.
¡cuánta sequedad extendida!
¡cuanto océano desperdiciado!
.
Mi boca vive, de una sola gota.