Jeronimo Quijano

Carta de un olvidadizo a su amada.

15 de febrero

Creo que olvidé una fecha... otra vez... no recuerdo cuándo fue. Creo que olvidé una fecha importante... otra vez... mi amor, no te enojes.

 

 

Mi amor no se termina ni comienza con el cambio errático del tiempo humano. Mi amor se mantiene paciente, tibio y ferviente en la loca cordura de verte sonreír. Ahí nace, crece, se destruye y se transforma en algo más grande, algo que me lleva a mirarte más, a desearte más, a estar más junto a ti, a verte el alma para que veas la mía también... Perdóname si fue un día, una semana, un mes, un año; para mí, el tiempo no tiene lugar en la eterna pasión por soñar contigo.

 

 

No tiene lugar en la pasión eterna del sueño dulce de rojos delirios y blancas verdades, de fuertes vientos y tempestades venideras, de ligeros pies de acero descalzos sobre el granizo de verano que recuerdan a la ligereza de tener los pies bien enterrados en la tierra, enfriados por la dulce tristeza e iluminados por la idea de pasarlo junto a ti.

 

No te olvides de mi promesa eterna de amarte; el tiempo no tiene lugar porque el tiempo no existe. Siempre te voy a amar.

 

 

Tuyo siempre, el poeta que recita tu boca.

23 de julio de 2024

Insisto, siempre te voy a amar...