Raiza N. Jiménez E.

A mi Amada Abuela.-

Hoy me sorprendí llorando y también, he cantado.

Es algo extraño en mí, ya que, controlo mi pasión.

Ese descontrol de mi sentir, eso me ha encantado.

Me he visto soñando despierta, fluyendo, sin razón.

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¡Ah! es que la magia que vio mi Maestro, era la mía.

Sus críticas, para esta mente, no ganaron, yo era yo.

Bendita sea mi abuela, que me advirtió lo que venía.

Castigo, y no me faltó un lápiz y papel, nadie lo notó.

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Hoy al mirar atrás, pienso en esa pequeña mujercita.

Esa que era, la abuela gigante, coautora de mi locura.

Hoy en mi madurez de abuela, con Ella, hago mi cita.

Si la evoco, mi alma se llena de pena que, nadie cura.

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¡Mi abuela fue la que lleno de magia y poder mi alma.

Hoy, la cita es con Ella, para dar gracias, por su calma!