Eres, huracán de emociones
sin poder controlarlo,
huracán que envuelve todo
a su paso
Yo, golondrina absorbida
en las red de tus brazos
Gaviota cansada, arrastrada
a tu playa de aguas claras
Frágil mariposa asustada,
con las alas heridas,
refugiada en tu rosal de nácar.
Llama encendida en tu tejado,
a la espera que pase el huracán
y me arrastre hasta su tibia cama.