Francisco Javier G. Aguado 😉

El viejo reloj de pared

 A ti reloj centenario
que de aburrimiento retrasas
las horas, minutos, segundos
con tu vetusta maquinaria.

Reloj que, entiendes preciso
la relatividad cuántica,
dilatando ese tu tiempo
que impreciso nos marcas.

¿Qué impreciso nos marcas?
No, no es así, ¡ lo dilatas !.
El péndulo somnoliento
está congelado en la caja
retrasando tu período
dilatando lo que marcas
relativizando sin saberlo,
el tiempo que nos engaña.

Tú, reloj centenario
es el que mejor ha entendido
la física y sus entrañas.
Y cuando el sol ya se esconde
a nuestras espaldas
tu sigues marcando real
el tiempo que nadie abarca.
El sol relativamente es el mismo
y nuestra vida, más cercana
a un eclipse total
a la muerte intemporal
al olvido y a la nada.