Juliancho

Hoy

Tus palabras hoy intentaron vencerme,

casi lo logran,

casi caigo arrodillado ante el destino,

casi me doy por perdido.

 

Me deje llevar,

y mi llanto me arrastró como caudaloso rio,

sin claros ni riveras,

hasta un alto precipicio.

 

Y caí ante tí,

débil y acongojado,

expuesto en lágrimas y sonrisas,

de lo que fué alguna vez un canto.

 

Y sentí el calor de tu mano,

la ternura de tu abrazo,

la luz de tu sonrisa,

la felicidad en despamparo.

 

Y sentí tus brazos recorrer mi espalda,

tus manos chocar frente a mi pecho,

y tu suave aliento junto a mi cuello,

con sólo unas palabras, me dejaste junto al cielo.

 

Se escapaban palabras prohibidas,

como buscando algún resguardo,

y entre miedos y temores,

se cruzaban nuestros brazos.

 

Y a velóz paso se fué el día,

entre árboles que algún día fueron,

entre magos y posiones,

entre besos indiscretos, tímidos y aletargados.

 

Llega a su fín el ocaso,

entre guiones y prepagos,

y al final con tu mejilla,

un tal véz dejaste grabado.