Bajo el cielo de agujas parabólicas,
cada segundo se desliza como una gota,
lenta, suave, hasta rozar las doce,
donde el tiempo se detiene, suspendido en la noche.
Los días son un lienzo de grises y claros,
a veces desolados, como el alma en duelo,
en las estrellas se esconde el recuerdo,
y en la tierra, entre las líneas, nuestra historia emerge.
Entre las nubes, la nostalgia se desliza,
como un susurro en el viento que acaricia,
y en mis manos, las líneas del tiempo se entrelazan,
tejiendo el relato de toda mi existencia, sin prisa.
En mis ojos, se reflejan mil y un anécdotas,
los sueños, las batallas, los amores que se alejan,
como versos susurrados en la brisa,
y solo quedan las lineas de un poema resumiendo toda una vida.