Valentin Von Harnicsh

Décima VII

No es puro invicto el sol de la mañana,

tampoco pecado el arrebol de lo postrero,

No es motivo de orgullo el secreto sabido

tampoco la pena confesada alivio pleno,

No hay deseos sin ocultos motivos

ni fantasías sin evidentes pretensiones,

No hay mayor anhelo que verte siempre

ni más dulce espera que tus cálidos besos;

Por ti no hay mayores momentos de paraíso

ni en mis más ardientes y privados avernos.