Francisco 1987

En los abismos crueles de los manicomios

Las lisuras más ramplonas

tienen su vertedero

en las bocas de la ciudad de Lima

 

En los abismos crueles 

de los manicomios

Ahí, ríe Jesucristo con todas sus gargantas

y riñones zezudos

 

Sonrisas retorcidas y cínicas

de hombres en moto y auto y yate

 

Ese chico que asesinó a su madre hoy, 

sabía que los narcos extrañan a sus madres

y hermanas... 

 

Las tripas se retuercen ávidas

sanguinolientas

en los cuerpos de las momias

de las radios

 

Parlamentarios, aprendan a sumar

y a dividir

porque las quincenas

no llegan gratis

 

Siempre hay un precio para todo

hasta para los besos

y los chistes