No te considero culpable,
 disculpa que ahora te hable
 y rompa la ley del hielo,
 pero tu corazón ¿quién lo niega?,
 es cohete que ya no despega
 y avión que no coge vuelo.
  
 No te culpo por tus errores,
 ni importa que hayan mejores
 prospectos que tú en mi vida.
 Y no te quiero ofender,
 pero prefiero bellas por conocer
 que una fea conocida.
 
 ¿Para qué culparte si no eres
 igual que otras mujeres?
 Diría que eres peor...
 Y aunque me digas "misa",
 yo me muero de la risa
 cuando me hablas de amor.
 
 No eres culpable en lo absoluto,
 no te culpo ni un minuto
 y ni siquiera un segundo;
 la culpa -me lo han dicho varios-
 es de quien tuvo los santos ovarios
 de traerte a este mundo.