Nitsuga Amano

El recuerdo del rostro del primer amor


En la distancia perdida, entre cielo y nubes,  
tu mirada se pierde en el horizonte,  
enredada en el azul del firmamento  
y el suave susurro del viento.

 

 

Tu sombra vaga por los senderos,  
esparciendo sueños rotos y recuerdos,  
guardando en su silencio la esperanza  
de regresar a aquel lugar del pasado.

 

 

Canciones sin nombre susurran en tus oídos,  
la voz de alguien ya no está,  
mientras los pájaros se despiden del día,  
dejando tu alma sola y desolada.

 

 

Ante el destino incierto, sin rumbo ni retorno,  
piensas en él, en aquel momento que fue y ya no es,  
y el silencio responde con el eco de tus suspiros,  
como lágrimas en el polvo del ayer.

 

 

¿Fue acaso él alguien especial,  
o solo un algo efímero que se desvaneció en la noche?  
Los amaneceres parecían iguales,  
pero con él eran diferentes, ¿verdad?

 

 

En las noches, las estrellas iluminaban nuestro camino,  
pero ahora el firmamento está vacío y oscuro,  
y tú, mirando en el espejo, pronuncias su nombre,  
mientras el corazón se rompe y la soledad te abraza.

 

 

Recuerdas su rostro, el rostro del primer amor,  
que sigue habitando en tu memoria como un eco lejano,  
perdido en los rincones del tiempo,  
pero eternamente presente en tu corazón.