omu

la tierra siembra

En la ladera del valle
la escarcha aguarda
a esos trinos somnolientos
que desperezan sembrados
y despiertan inagurando la mañana.


Tras dos semanas grisaceas
y amigas de truenos,
lluvias y relampagos,
los bancales, antes sedientos
bebieron,
quedando encharcados.
Siendo acuáticos espejos
bañados por cristalinos azules
y con transparentes rojizos reflejos.


Las gaviotas venidas acampan
sobre el bancal se posan,
lavan sus patas,
comen lombrices,
cereales empapados
picotean y graznan.

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Mis ojos reposan en la pulcritud
del paso nocturno hecho ocaso
y del pincelado embrión del día
en el saludo de su nacimiento.


Mi olfato observa
la agradable sabrosura
del café tostado,
su excitante e incitante textura
mientras embriaga el aire,
mientras humea.


Mis manos, avivándose,
solapadas por el invierno,
recogen la calidez
de esa taza posada
en el escalón,
que es apoyo y asiento.
Reposo, en esa gratitud regalada
por mi viejo y barnizado porche;
él es, cobijo y sarmiento.

 

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La tierra huele a mojado,
rueda, rueda,
circula esférica,
bota y se alinea
con la navegación de otros astros,
que tarde o temprano
extinguiran su luz derramándola
como fulgor de estrellas,
siendo la rubrica del firmamento.


Un olor humedo,
de áspera y limonosa acidez
penetra por mis sentidos.
La tierra empapada,
en esta hora,
rezuma buenaventura,
vierte una fertilidad, la cual,
audaz procrea,
e insta a los elementos
a hacer camino brindando
con una lucidez
fresca, creativa,
exhuberante y metamorfósica.


La tierra caracolea
se muestra despacio,
dispone de comunicación.
La tierra,
toma insignificantes detalles
y acoplandolos hace
enormes obras de arte,
la tierra es artista
que compone,
pinta, escribe y moldea.
La tierra conversa
con la hojaresca
inerte y seca,
la tierra no entiende de fragmentos,
conoce la valía
de una unidad fecunda y serena.


La tierra se ladea
al compás de una nube
pesada o ligera.
La tierra traza espontanea,
hace reales los sueños
y las quimeras.
Le da cuerpo a los animales,
figura a los personajes
nos regala inventos casuales
y hasta ideas.
Con sencillez;
y quien sabe si con proposito,
elige largas rectas
o decora entre curvilineas
los aromas de rosas, claveles
y orquideas.
Consecuente, escucha cada uno de los latidos.


La tierra muestra su esencia
en la reconversión del gusano
en alada y colorida mariposa.
La tierra solicita,
poseedora y conocedora
de su vuelo,
una espera evolutiva 
pues la paciencia transformara
los eclipses y las guerras
en luminosa paz
plena de sosiego.