Peniel Ramirez

Al borde de la primavera

Por mas historia que halla, 

 por mas presente y futuro: Ella tan única!


Esta disfrazada para mi:
de verso olvidado,
de melodía perdida.

Todas, tenerlas podría,
pero es que la quiero a ella.

Melómano, sediento, la busco.

Esta en las fotos de la universidad.
Esta en la radio histórica
de todos los vigías.
Esta en mi mente, sin edad.

Su sonrisa es como la música que espero
y la ciudad la esconde, en contra mía.

Un modo habrá,
que encontraremos, para ya no buscarnos.

Quizás se encargue el tiempo y lo haga.

Se sentará en mi alma.

Yo dejaré ya de buscarte
y con ojos cerrados, te daré un abrazo eterno.

Tu dejaras de ser a medias
y nacerás invicta, tan bella como eres.

Así como la música que espero.
Así como la sed que se ha saciado.
Tu siempre azul, cual cielo azul, tan siempre azul.

A eso, entonces llamo yo felicidad:
No importa que sea, sí, el breve momento…
No importa, no, que si de lejos o a tientas.

Si te veré de nuevo,
yo,
seré feliz.

Sabré el amor sin nombre:
El otro amor;
El que no se ofende de ser igual amor;
El guardado;
El que viste al esclavo que se entrega;
El que sueña con los sueños de otra, cuando entonces "otra" eres tu.

Que no es romántico, es el romance.
Que no es tierno, es la ternura.
Que no es entregado, es la entrega.

Es el amor del que todos los amores toman para si razón.
Que dicha, haberlo encontrado!

Hoy me hice: Abrigo para su frió,
para su voz, oído
y sol, para que todas las flores del camino
la celebren.

Al borde de la primavera
hay una canción,
tiene su nombre.

Es cálida, se tapa la carita como ella.
Es bella, muerde en silencio los recodos de la brisa, como ella
Es vasta, es pequeña.
Es suave, es añil, es tersa.
Es dulce, es corazón, es inmensa.
Es beso inolvidable, es mente abierta.
Es suficiente para hacerme olvidar a todo el resto del universo. Es la mujer completa que busco.
Porque es, entonces:
Mar, cielo, tierra, todo y yo.