Estos días me consume el afán 
de un ladrillo de tinta entre los dedos; 
donde acumule mi sacra intimidad, 
los años de amistad con las palabras, 
los momentos en las aguas del espíritu. 
Oh, Señor, lucero de los tiempos 
quien pone túnicas a la tarde; 
que sea tu voluntad lo que resta de esta senda, 
que sea como quieran tus designios en mis pasos; 
pero no me quites el don que cayó de tus yemas. 
Déjame ser con el aire. 
Christian Jovani
(Derechos reservados del autor).