Voy caminando y nadie puede detener mi paso.
Andando voy, sin rumbo y sin guía, solo camino.
Que me preocupe por un “dónde” no tiene caso.
La verdad es qué, en el hoy, mis andares domino.
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Me voy riendo, mi madre diría que, no tengo lazos.
Lo cierto es qué, al arte del mentir, yo no le atino.
Sé que, a mi vida, he dibujado en coloridos trazos.
Y también que, lo que me aburre, siempre elimino.
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Es mi costumbre, hablar claramente y sin adornos.
Soy siempre muy clara, para evitar, males mayores.
Por ahora, honestamente, he evadido la vergüenza.
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Estoy convencida de que, hay que evitar, bochornos.
No tiene ningún sentido, convivir para, sentir dolores.
De no pensar así hoy, no hay nadie que me convenza.